jueves, 3 de octubre de 2013

Amigo conductor


Todavía no hace ni dos años que me saqué el carnet de conducir así que mi experiencia al volante no es nada del otro mundo, más bien es escasa. Aun así he observado cuatro cosas que me parecen interesantes:

Primera: gracias a que tengo ojos en la cara (vaya descubrimiento no?) lo que veo es muy diferente al panorama español. Aquí, hay muchos coches de gama alta, por lo que es tremendamente normal que un día cualquiera te adelante un porsche mientras tú vas tan feliz en tu bici.

Segunda: me sorprende la forma que tienen de cambiar el sentido de la marcha, como diría el manual de la autoescuela. La cosa va así: Yo conductora de un ford fiesta voy por una calle de doble sentido dirección al centro, pero, oh! casualidad de la vida, me doy cuenta que me he olvidado el bolso en casa. Como doy la vuelta? Busco la próxima calle que pueda girar a la izquierda, luego a la izquierda otra vez y así hasta volver a la calle en la que estaba en un principio pero en sentido contrario? NO. Lo que voy a hacer es meterme en la siguiente calle que intersecte con la que estoy ahora y si no hay mucho tráfico hago unas maniobras y cambio el sentido sin despeinarme. Voilà!

Tercera: si vas caminando por cualquier calle, te das cuenta que los conductores cada vez que paran, ya sea porque se han topado con uno de los pocos semáforos que hay o porque hay una viejecita cruzando, apagan el motor del coche. 

Cuarta: lo que para mí es un suplicio, para ellos es pan comido. La mayoría de aparcamientos disponibles en la ciudad son en paralelo a la acera. Otra de las manías que tienen los conductores de esta zona del planeta es subirse a los bordillos, maniobrar, bajar del bordillo y finalizar el estacionamiento. Sinceramente, lo del bordillo es algo que no deja de sorprenderme.

Y por último, os dejo una canción de Belle & Sebastian, que aunque no tiene nada que ver con el tema, me apetece ponerla ;)



¡Hasta la próxima!


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